Después de unas ajetreadas semanas, os traigo la segunda parte del post Japón de la A a la Z y cuya primera parte podéis leer
aquí. Espero que estéis disfrutando de este pequeño viaje por el país nipón (ya sé que preferiríais descubrirlo vosotros mismos... je, je. Pero es mi pequeño granito de arena).
L
Limpieza: En Japón no verás una papelera por la calle pero irónicamente todo está limpísimo. Es realmente difícil ver papeles o colillas por el suelo. Además, tampoco verás cubos de basura, al menos en las grandes ciudades. Cada día de la semana le toca el turno a un tipo de basura, papel un día, plásticos otro, etc... Y ese es el día en el que se saca ese tipo de basura específicamente. No sé a qué olerán las casas por dentro después de montar una gran comilona y tener que guardar los desperdicios durante días, pero aunque sólo sea por el estado de las calles parece que su sistema les funciona.
M
Miyajima: Miyajima es una isla preciosa que está a 5 minutos en ferry de la costa de Hiroshima. Así que si te acercas por esa zona, bien merece una visita. (Por si os lo estáis preguntando, el ferry está incluido en el JR Pass). Miyajima es una isla sagrada y en ella no se puede nacer ni morir (no se qué harán contigo si te da un jamacuco por allí.. je, je). La principal atracción de la isla (aparte de los típicos cervatillos adorables pero hambrientos) es el Torii dentro del agua. Es una gran puerta sagrada situada dentro del mar a pocos metros de la costa. Lo típico (cuando hace bueno) es descalzarse, hacer de tripas corazón por la alguillas que hay y andar por el agua para hacerse la típica foto. Si tienes poco tiempo, puedes pasar la mañana por la orilla, entre puestos de comida y algunos templos. Pero si tienes la posibilidad, lo ideal es subirse en el teleférico que te lleva a la parte más alta de la isla, donde podrás no sólo disfrutar de las vistas desde arriba sino de la belleza de la subida. Además, hay muchos más templos y santuarios alrededor de la isla (31 km cuadrados dan para bastante). Si vas sobrado, lo chulo es hacer noche en la propia isla en uno de sus ryokan (alojamiento tradicional japonés).
Maneki-neko: Es el gato japonés de la fortuna, el popular minino con el brazo levantado. Podrás verlo sobre todo a la entrada de algunos comercios y por supuesto podrás encontrarlo como souvenir. En función del brazo que levante y color que tenga el gato este amuleto tendrá diferentes significados. Si tiene el brazo izquierdo levantado se dice que atrae a las visitas y si es el derecho se dice que traerá prosperidad y dinero. También hay algunos con ambas patas levantadas que protegen el hogar o un establecimiento.
Maikos: Así llaman a las aprendices de geisha, sobre todo en la zona de Kyoto. A veces es más fácil ver a éstas que a las geishas pues es más común que salgan a la calle a hacer recados.
Metro (de Tokyo): Se podría hacer un libro sólo hablando del metro de Tokyo, pero voy a limitarme a lo que debéis saber. Primero, que no os abrume el mapa del metro. Hay muchísimas líneas sí, pero una vez has hecho un par de viajes ya te sientes como pez en el agua. En respuesta a lo que se os está pasando por la cabeza: Sí, realmente hay tanta gente en hora punta como creemos. Nuestra primera experiencia en el metro de Tokyo fue precisamente esa. Hay gente que se siente totalmente agobiada y abrumada, pero lo mejor es tomárselo a risa. Yo no podía dejar de reír de cómo iba; iba tan apretada que era imposible que me cayera. Y lo mejor es ver las caras de los japoneses subiéndose al metro, todos empujándose (educadamente) para llenar hasta el último resquicio del vagón. Realmente se va tan apretado, que las autoridades recomiendan a las mujeres que se pongan las mano en el pecho para evitar tocamientos indeseados, je, je. Por esa razón, existen vagones que en hora punta son exclusivamente de uso femenino. La verdad que como experiencia nipona fue divertido, pero si tuviera que ir así todos los días... (Si os están entrando sudores fríos sólo de pensarlo, simplemente evitad el metro en hora punta). ¡Ah! Y no importa cuánta gente haya en el andén, veréis que en el suelo hay marcas para hacer la cola de entrada a cada vagón. Da igual que vayan como sardinas en lata dentro del vagón, la cola de entrada al mismo se guarda religiosamente.
En cuanto al funcionamiento, hay varias cosas que debéis de saber. Lo primero es que no es una única empresa la que lleva todas las líneas de metro (como en España), hay varios tipos de líneas: líneas normales, líneas privadas y líneas JR (esto lo veréis en la leyenda del plano del metro que está en la parte inferior derecha de cada plano). Y por tanto, dependiendo de qué líneas queráis usar tendréis que sacar un billete de metro u otro (si no queréis complicaros, comprad el billete de un día, del que incluye todas las líneas y punto). Si viajáis con el JR Pass podréis tomar sólo las líneas JR que básicamente son dos: una circular y una que cruza la ciudad de un lado a otro, y siempre podréis comprar un billete extra si queréis viajar en otra línea puntualmente. Lo bueno del metro de Japón es que si no estáis seguros de cuánto debéis pagar por cada billete (porque el precio varía en función del número de estaciones que hagáis) os recomiendo que compréis el billete mínimo (que creo que son 140 yenes o algo así) y al llegar a la estación de destino, antes de salir (se sale introduciendo el billete por un torno) tendréis que acercaros a las máquinas de ajuste, donde meteréis el billete y os dirá cuánto dinero tenéis que pagar para completar el precio del viaje. Es así de sencillo y lo hacen todos los japoneses. Si dudáis, simplemente intentad salir y será el propio torno el que os permitirá u os bloqueará la salida.
Manga: A mí el manga me gusta básicamente como estilo de ilustración pero reconozco que no me enganchan en sí sus historias. En Akihabara (Tokyo) encontraréis secciones enteras llenas de cómics manga de todo tipo (pero de todo tipo.. je, je). Si compráis manga en una librería o tienda especializada tendrán un precio más elevado pues generalmente son a color y están pensados más como novela gráfica que como cómic. Ahora bien, si lo que queréis es simplemente llevaros un recuerdo, en cualquier kiosko podréis encontrar cómics manga (incluso manga para adultos...estos abundan bastante) por 3 o 4 euros. Y además suelen ser muy extensos. Eso sí, todo estará en japonés, que como souvenir es más auténtico pero no entenderéis nada claro, je, je. Si buscáis manga en inglés tendréis que ir a grandes librerías o tiendas especializadas y estos sí serán caros. Si os pasa lo que a mí que lo que os gusta es exclusivamente el tipo de ilustración, en librerías grandes o comercios grandes siempre suelen tener la típica sección de "aprende a dibujar manga" y allí encontraréis manuales y libros un poco más artísticos.
N
Nara: Nara es una pequeña ciudad (bueno, no sé si se puede considerar ciudad) que se encuentra a una media hora en tren de Kyoto y que fue hasta el año 784 la capital de Japón. Allí, lo más popular es el gran parque de Nara, lleno templos, santuarios y construcciones declaradas Patrimonio de la Humanidad (8 en total) y una gran cantidad de cervatillos, de esos muy hambrientos que ya os he comentado y que por lo que he podido investigar son tan queridos en Nara que son considerados como un tesoro nacional (pero no pondría la mano sobre el fuego con esto... je, je). Sean o no tesoros de la humanidad, son el principal símbolo y atractivo turístico de Nara (sí, sí, más que los templos y los santuarios). Si no podéis ir a la isla de Miyajima, siempre es gracioso pasarse por Nara a ver a estos graciosos animalillos.
Nori: Es el alga marina japonesa que se usa en la cocina nipona para elaborar el sushi principalmente. La veréis en algunos platos, pero sobre todo el los maki (pequeñas piezas de sushi envueltas en arroz y cubiertas por este alga).
O
Osaka: De Osaka os puedo hablar poco porque estuvimos sólo un día.... pero si tenéis tiempo es una ciudad que hay que ver (¡es la tercera más grande de Japón!). Es una ciudad llena de edificios altos y modernos un poco al estilo de Tokyo. Sin duda pasaréis por ella si voláis al
aeropuerto de Kansai, que está situado en una
isla artificial en la bahía de Osaka. Nosotros aterrizamos alli, y es curioso como vas por el mar y no ves más que agua debajo, y vas acercándote poco a poco para aterrizar.... y de repente
¡aterrizas en una pista en medio del agua! En Osaka, también podréis subir al edificio
Umeda Sky que tiene un gran mirador de 360º con un jardín flotante en la planta 40 o visitar los
Universal Studios (más típicos de Orlando pero que tienen aquí su sede nipona).
Otaku: Este es el equivalente japonés de "friki" pero con una connotación mucho más negativa. Yo no soy una experta en el tema, y simplemente quería hacer una pequeña mención. Digamos que al menos en Occidente, consideramos otakus a las personas aficionadas al manga, el anime y el cosplay de la cultura japonesa. Ahora bien, hay que tener cuidado con el termino porque ya digo que no es exactamente como ser "friki" aquí (que parece que ya no tiene una connotación tan negativa gracias a series como "The Big Bang Theory"), pues el término otaku en Japón se aplica a todo tipo de aficiones obsesivas (no sólo manga o anime) de ahí que sea algo peyorativo.
Onsen: Son los baños termales de origen volcánico tradicionales japoneses y si vais a la zona del Monte Fuji podréis disfrutar de algunos de ellos, sobre todo en la zona de Hakone. Los hay de muchos tipos, algunos están en hoteles tipo rural, otros son únicamente baños que pagas para entrar (ya sea por un rato o un día entero) y también hay algunos naturales (el inconveniente de estos últimos es que no tienes las facilidades de tener aseo, vestuario, etc... pero todo depende de cómo te plantees la experiencia). Generalmente, el inconveniente principal es que suelen estar separados por sexos, por lo que si viajamos en grupo o con nuestra pareja.. la experiencia no será igual. Para evitarlo, hay Onsen también privados que se pueden alquilar durante unas horas para disfrutar de la compañía que queramos.
Orimás: Desconozco cómo se escribe esta expresión japonesa, pero aviso para navegantes: os será muy útil para salir del metro. Básicamente se traduce como "¡¡¡me bajo aquí!!!" y será esencial para que podáis apearos del metro en Tokyo (al menos si viajáis en hora punta).
P
Palillos: Si, en Japón se como con palillos. Y no, no tienen cubiertos, je, je. Pero bueno, como siempre, tampoco se puede generalizar. Si vas a un restaurante de comida occidental (por cierto, no merece la pena, porque son bastante caros) entonces claro que tendrán cubiertos. Pero si vais a restaurante tradicionales entonces más os vale aprender a manejaros con los palillos. A mi personalmente siempre me ha hecho gracia comer con palillos (soy la típica friki que los pide incluso por teléfono cuando llamo a un restaurante oriental), aunque reconozco que los cojo mal. Pero en fin, bien o mal, el caso es que me apaño bastante bien. Y bueno, digamos que si vas a Japón también tiene su gracia intentar manejarte con ellos. Al fin y al cabo, parece que a ellos el "cómo" les da igual siempre y cuando no los dejes pinchados verticalmente en el plato (por lo visto esto es una tradición típica de las ceremonias funerarias...).
Postres: Si eres un enamorad@ de los postres... Japón no es el destino más indicado (los hay claro, como en cualquier lugar, pero no son su especialidad). ¡Si es que algún fallo tenía que tener! A penas hay carta de postres en los restaurantes y si la hay, lo típico es el
té, los
bollitos hechos con hojas de té (que son de un verde radioactivo por cierto, que a mí no me gustaron nada) o una especie
cuencos enormes llenos de hielo picado a los que se les echa un sirope por encima. Vamos un granizado de toda la vida pero que se come con cuchara en vez de beberse con pajita. Si lo que buscáis son delicias pasteleras... ya os digo que no es el sitio más idóneo. Yo que soy una pirada del chocolate (sí, sí es el único adjetivo que se puede usar en este caso, je, je) pues me resulto difícil dar rienda suelta a mis caprichos. Pero bueno, siempre me quedaran las típicas chocolatinas que venden hasta en las gasolineras..
Pachinko: Esta es probablemente la afición japonesa que más me sorprendió. Sinceramente, soy incapaz de explicaros exactamente en qué consiste, lo que si puedo deciros es que hay locales de Pachinko por todos los lados y si dudáis, sólo tenéis que entrar dentro y empaparos del ruido bestial que hay dentro de ellos debido a las máquinas y los enormes ventiladores que climatizan la estancia (y que supongo que evitan que las máquinas salgan ardiendo). Pachinko es más o menos como un "Pinball" (una maquina con bolitas que hay que evitar que se pierdan) mezclado con video y con apuestas. O al menos así lo entendí yo. A mi me parecía una locura, el ruido y todo lleno de bolitas plateadas por todas partes. Pero oye, cada uno tiene sus aficiones.
Q
Chubasquero: no os voy a contar nada nuevo sobre los chubasquero.... sólo os aviso de ¡que os llevéis uno! En Japón el tiempo a veces está muy tonto, y de repente se ponen las nubes y te cae el típico calabobos... Aunque bueno, por lo visto la filantropía japonesa llega a todas partes, y se dice que podrás encontrar paraguas por todos los rincones... pues la gente los coge cuando llueve y los deja otra vez por la calle cuando termina de usarlos para que los coja el siguiente. Nosotros no nos vimos en la tesitura de tener que agarrar uno pero sí que vimos bastantes paraguas por la calle.
R
Ryokan: es un alojamiento tradicional japonés. En sus orígenes era una especie de hostal o casa de huéspedes, ahora es un alojamiento turístico enfocado sobre todo a los turistas occidentales y generalmente casi de lujo, o al menos lo suelen ser sus precios. El ryokan suele ser la combinación de la casa tradicional japonesa, el jardín y el onsen. En la zona de Kyoto hay algunos para hospedarse y también algunos para visitar. Nosotros no tuvimos la suerte de dormir en ninguno así que la experiencia del tatami no os la puedo describir, pero si tenéis la oportunidad, estoy segura de que es una experiencia nipona que hay que vivir. Si no podéis dormir en uno, siempre está bien visitar alguno. La arquitectura en general es austera o bueno, al menos lo espacialmente, pero el jardín me impresionó sobre manera. Los detalles de los que carece el interior están sin duda en el exterior. Lo que más me impresionó fueron los jardineros, pues sus cuidados son absolutamente detallistas, no están moviéndose de aquí para allá frenéticamente, directamente se sientan en el suelo para realizar sus cuidados.
Próximamente os traeré la tercera y última entrega de nuestro viaje a Japón.
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¡Feliz semana!